La industria agroalimentaria atraviesa un proceso de transformación profunda impulsado por factores económicos, tecnológicos y medioambientales. El aumento de los costes energéticos, la presión regulatoria y la necesidad de producir de manera más sostenible están redefiniendo los modelos de negocio y las estrategias productivas. En este contexto, la eficiencia, la sostenibilidad y la agilidad operativa se han convertido en los pilares de la competitividad industrial.
Mientras la automatización y la digitalización siguen siendo motores clave de productividad, muchas empresas deben enfrentarse a un entorno donde los costes de inversión son elevados y los plazos de entrega de maquinaria nueva pueden extenderse durante muchos meses. Ante este escenario, la maquinaria usada se ha consolidado como una alternativa estratégica capaz de ofrecer rendimiento, fiabilidad y ahorro.
En Castilla y León, esta tendencia también gana terreno gracias a empresas como MachinePoint, con sede en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid), que han contribuido a profesionalizar el mercado de la maquinaria industrial usada y a posicionarlo como una herramienta clave para la competitividad del sector.
Equilibrio coste, calidad y disponibilidad
La maquinaria usada ofrece una ventaja: un equilibrio entre coste, calidad y disponibilidad inmediata. Los equipos de segunda mano permiten a las empresas ahorrar entre un 30% y un 70% frente al coste de la nueva, manteniendo un rendimiento comparable y cumpliendo con las normativas de seguridad y sanidad alimentaria.
La reutilización de maquinaria industrial tiene, además, un impacto directo en la sostenibilidad. Cada vez que un equipo es reutilizado, se evita la fabricación de uno nuevo, reduciendo el consumo de materias primas y las emisiones de CO2 asociadas al proceso de producción.
Reducción de huella de carbono
Se estima que una línea completa de procesado puede generar entre 50 y 150 toneladas de CO2 en su fabricación, una cifra que se reduce drásticamente cuando se opta por su segunda vida útil. Esto contribuye activamente a los objetivos de la economía circular y a la reducción de la huella de carbono de la industria agroalimentaria.
Pero el valor de la maquinaria usada no se limita a la eficiencia o la sostenibilidad. También actúa como un mecanismo de redistribución tecnológica global. A través de la compraventa internacional de equipos, se promueve la transferencia de tecnología entre países, permitiendo que maquinaria de alto rendimiento siga operando en regiones emergentes.
Alternativa para presupuestos ajustados
De esta forma, se equilibra la capacidad productiva global, se democratiza el acceso a tecnología avanzada y se fomenta la industrialización sostenible en mercados en desarrollo. El mercado de maquinaria usada ha evolucionado hasta convertirse en una alternativa para quienes buscan montar o ampliar instalaciones de producción con presupuestos ajustados. MachinePoint ha desarrollado un papel cada vez más relevante, no sólo como intermediario en la compraventa de equipos, sino como facilitadores de proyectos completos.
El concepto de fábrica llave en mano con maquinaria de segunda mano está ganando terreno en el sector agroalimentario. Permite reducir la inversión inicial de una nueva planta en torno al 40–60% frente a equipos nuevos, manteniendo un nivel de rendimiento competitivo. MachinePoint participa en este tipo de operaciones, coordinando desde la selección de las máquinas y el desmontaje hasta su transporte e instalación, lo que ha permitido poner en marcha líneas completas de producción en mercados emergentes y proyectos de ampliación en Europa.
Eficiencia, sostenibilidad y resiliencia
El impacto de este modelo también contribuye a una economía más equilibrada y eficiente, donde la tecnología no se desperdicia, sino que se redistribuye y reaprovecha. La maquinaria usada representa una síntesis perfecta entre eficiencia, sostenibilidad y resiliencia industrial y permite a las empresas optimizar sus inversiones, adaptarse con rapidez a los cambios del mercado y reducir su impacto ambiental sin comprometer la calidad.
En un sector donde producir más y mejor con menos recursos se ha convertido en la norma, reutilizar tecnología de calidad ya no es una alternativa, sino una ventaja competitiva decisiva.
Más información en el número de diciembre de la revista Castilla y León Económica