¿Quién no recuerda a Francisco Rabal en su inmortal papel de Azarías, con su Milana bonita en el hombro, en la película Los Santos Inocentes, dirigida por Mario Camus y basada en la novela homónima de Miguel Delibes? Pues ése es el origen del nombre de una cervecería artesanal ubicada en Montemayor de Pililla (Valladolid), puesta en marcha recientemente.
“Buscábamos un nombre elegante, fácil de pronunciar y de recordar y que tuviera una sutil vinculación con Valladolid”, señala Ismael Gómez, socio y artesano cervecero, quien capitanea un proyecto en el que participan 16 socios, entre familiares y amigos. Los primeros pasos, hace más de 2 años, fueron casuales. “En una cena se planteó la posibilidad de elaborar nuestra propia cerveza, cuando ninguno teníamos vinculación alguna con esta actividad. Nos compramos un kit de producción de 25 litros y poco a poco fuimos tomándonoslo en serio. 6 meses y varias producciones caseras después nos decidimos a visitar durante 10 días a muchas de las cervecerías artesanales de Cataluña, que es donde más proliferan este tipo de negocios en nuestro país, y al volver ya concretamos la compra de maquinaria para realizar el proceso de elaboración”. Ya no había marcha atrás. Gómez abandonó su trabajo y su forma de vida en Madrid y volvió a su pueblo, a sus orígenes.
Con una inversión de 200.000 euros, en esta etapa inicial lo que sobra es ilusión entre los socios que se han sumado al proyecto. El pasado mes de junio realizaron la inauguración oficial con una maratoniana jornada con conciertos, degustaciones y cuentacuentos, entre otras actividades. En una primera fase, el producto se venderá en la provincia de Valladolid y otras limítrofes, para de inmediato dar el salto a Madrid. La producción máxima es de 140.000 botellines de 33 centilitros al año.
Referencias
La cervecera cuenta con 3 referencias: Milana Bonita, que es el estandarte de la firma, una cerveza tipo pale ale, con 6,1 grados, en la que se emplea media docena de lúpulos distintos; Milana Trigo, de estilo wat, belga, en la que el trigo no va malteado, con 5 grados; y Milana Tostada, estilo hambre, con maltas caramelizadas. El formato de todas ellas es de 33 centilitros y de 75 centilitros, este último pensado sobre todo para restauración.
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