Creada en 2005, la cooperativa Piñonsol, ubicada en Pedrajas de San Esteban (Valladolid), es la única de su sector en España que completa el ciclo productivo, desde la recolección de la piña hasta la comercialización del piñón pelado en los distintos formato y mercados en los que está presente. Además, no trabaja con intermediarios, lo que asegura que todo el valor añadido repercute en los productores.
Óscar García Nieto, presidente de esta cooperativa asociada a Urcacyl, explica que el principal objetivo de la sociedad es hacer llegar al mercado un piñón pelado de alta calidad con todas las garantías de trazabilidad y seguridad alimentaria exigidas tanto en el ámbito nacional como internacional. “Esta apuesta nos ha permitido exportar cerca de una tercera parte de la producción”, subraya, al tiempo que comenta: “gracias a que cumplimos la estricta normativa de Castilla y León, que no tiene equivalente en ninguna otra legislación, Piñonsol asegura la trazabilidad de todo el proceso productivo, ya que comercializamos exclusivamente piñón elaborado en la cooperativa y procedente de piñas propiedad de nuestros socios”.
Producto natural
Asimismo, Amelia Pastor, gerente de Piñonsol, destaca que se trata de un proceso de elaboración totalmente controlado en el que no se utiliza ningún elemento químico, ni aditivos ni conservantes, por lo que se presenta en el mercado un producto totalmente natural “con una larga vida útil y que goza de las mejores cualidades nutricionales y organolépticas”. Además, comenta que como cooperativa, Piñonsol es una estructura económica ligada al territorio y a sus recursos naturales con un claro componente social, pero también tiene un importante aspecto innovador, centrado en su participación en distintos proyectos de I+D+i con el objetivo de establecer nuevas vías de negocio y en la participación en todos los foros de opinión sobre el piñón.
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