La situación de crisis económica y sus consecuencias tanto para las empresas como para sus trabajadores ha supuesto la búsqueda de alternativas que permitan optimizar los salarios sin un mayor coste adicional para las compañías. En este contexto, se plantea la opción de la retribución flexible, que no es otra cosa que una redistribución del salario total que percibe el empleado que permite el cobro de sus salarios de manera más eficiente.
Es decir, no va a cobrar más, pero sí va a obtener un mayor rendimiento de su nómina, percibiendo una parte en metálico y la otra en productos o servicios, aprovechando las exenciones fiscales, dando como resultado una disminución de su IRPF y con ello un aumento de su líquido total disponible. Estas medidas no pretenden complementar los salarios de los empleados con retribuciones adicionales, sino maximizar sus sueldos netos sin que ello suponga una carga adicional para la empresa.
Retribución flexible
La retribución flexible es, en el fondo, una herramienta de ingeniería fiscal a través de la cual el empleado ganará más sin que a la empresa le cueste más dinero. Es un concepto voluntario tanto para la empresa poder ofrecerlo como para el trabajador acogerse a esta fórmula. En caso de llevarlo a cabo, la elección de flexibilizar su sueldo se hace por el período de un año, pudiendo cambiar los productos en años sucesivos adaptando con ello el salario a las necesidades que el trabajador va teniendo a lo largo de su vida. En determinadas épocas le puede interesar formación, en otras seguro médico, gastos guardería, planes de pensiones, y en cualquier momento cheques comida, o renting de coche, por citar algunos ejemplos.
A este respecto, hay que tener en cuenta que las retribuciones en especie no pueden superar el límite del 30% del salario bruto anual fijo. Indirectamente muchos de los conceptos de retribución flexible apoyan directa o indirectamente políticas de conciliación de vida laboral y familiar. Con ello, las empresas logran mejorar la eficiencia retributiva e incrementan la disponibilidad de la renta de la plantilla. En definitiva, para el trabajador este tipo de medidas va a suponer, en la práctica, una subida de sueldo sin coste alguno para la empresa.
Seguro de salud
De entre todas las opciones, el seguro de salud “es probablemente el beneficio social más visible y en DKV nos hemos especializado en adaptar soluciones de seguros médicos para empresas bajo esta fórmula”, explica Miguel Ángel Aguarón, director territorial de DKV Seguros en Castilla y León. Actualmente se encuentra entre los más solicitados y, por tanto, con mayor aceptación en los planes de retribución flexible. Su éxito radica, además del ventajoso tratamiento fiscal, en la amplia gama de servicios y modalidades de contratación.
Todo ello conlleva para el trabajador una doble ventaja. Por un lado se beneficia de los incentivos fiscales, y por otro, al ser la empresa quien negocia, le permite obtener unas condiciones económicas en cuanto al precio de la póliza mucho más favorables que si hubiera contratado el seguro de manera individual. “En definitiva y lo que es más importante: empresa y trabajador salen beneficiados”, apunta Aguarón.
Más información en el número de octubre de la revista Castilla y León Económica