La mejora de la competitividad de la industria española podría generar un crecimiento adicional del PIB del 2,3%. Así se desprende del informe Claves de la competitividad de la industria española, elaborado por PwC con el patrocinio de Siemens, que se ha presentado este miércoles en Madrid. El acto ha contado con la participación del ministro de Industria, José Manuel Soria, y los presidentes de PwC España y Siemens, Carlos Mas Ivars y Rosa García, respectivamente.
Para hacer realidad este aumento, sería necesario incrementar la productividad por empleado e impulsar la inversión en I+D, lo que se traduciría en aumentos de la actividad del 1,13% y 1,17%. Pero si la industria fuera capaz de aumentar el tamaño medio de sus empresas y España como país de mejorar factores como la calidad de la educación o la carga administrativa, esta aportación al crecimiento económico sería mucho mayor.
Productividad
En la actualidad, la productividad por empleado de la industria española -no incluye el sector de energía- se sitúa un 34,1% por debajo de la media europea, según datos de Eurostat. Si estimamos que un diferencial del 10% supone una aportación al crecimiento del 0,33%, situar nuestra productividad al nivel europeo equivaldría a un impulso del 1,13% al PIB español.
La reciente reforma laboral está facilitando toda una serie de iniciativas que están incrementando la productividad de la mano de obra. Sin embargo, el estudio señala que todavía existe un déficit de productividad por empleado en una amplia mayoría de sectores. Uno de los que sale mejor parado es el de automoción, ya que adoptó antes y con mayor intensidad alguna de las iniciativas que incluía la reforma laboral.
I+D
En materia de I+D, la industria española invierte el 0,84% del valor de su producción, mientras que la media europea supera el 1,5%, es decir, casi el doble. Si calculamos que cada 10% de diferencial de I+D supondría un crecimiento del PIB del 0,13%, la mejora de este factor equivaldría a un aumento del PIB del 1,17%.
Las posibilidades de incrementar el volumen de inversión en I+D de la industria española pasan, entre otras medidas, por atraer uno o más de los centros de innovación que las grandes multinacionales tienen desplegados en otros países.
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