Pese a ser el segundo cocinero español más laureado con estrellas Michelin al contar con 6 en su haber repartidas en sus restaurantes Miramar -Llançà, Gerona (3 estrellas)-, Enoteca -Barcelona (2)- y Terra en el Hotel Alàbriga -S’Agaró, Gerona (1)-, Paco Pérez no es mediático y practica la discreción y la mesura.
Quizá esa sagacidad haya dejado también su impronta en su cocina, donde ejecuta con destreza creaciones magníficas con elegantes mezclas de productos locales de temporada como erizo, setas y trufa, con el justo equilibrio entre innovación y tradición.
Su técnica se percibe en cada plato, pero sobre todo destaca la maestría con que elabora los productos del mar, como en el Atún mediterráneo, de ligazón sedosa y penetrante sabor, o las Espardeñas desnudas en fricandó con guiso de tendones, exquisitamente gelatinosas; o la Cigala a la americana y tartar, sus huevas, papada y patatas soufflé, de intenso gusto yodado y donde presume del dominio de las distintas texturas.
En la corta carta siempre ofrece un arroz que borda con autoridad, como el Arroz meloso de bogavante o el de gambas con setas y trufa. La lubina, encurtidos y verduras de temporada procedente del cabo de Creus, como muestra de su inclinación por los productos locales, es perfecta como segundo.
Oferta de carnes
Y para los amantes de la carne, pueden elegir entre el Pichón huitlacoche, mole de mil días y dumping o el Lomo de wagyu, remolacha, patata bonote, cerezas y guiso de tendones, como guiño al exotismo culinario.
Los entrantes de la casa son pequeñas joyas gastronómicas como el Chicharrón de gamba, la Navaja, el Pulpo en Marruecos y el Pato con pera. Los postres terminan de conquistar el paladar con una deliciosa torrija con frutos rojos y su lujuriosa versión del chocolate.
El restaurante también permite un menú degustación amplio, donde se ofrece un placentero viaje por el universo sápido de Paco Pérez.
La carta de vinos es una Biblia para estudiar y disfrutar y las variedades de pan son muy apetitosas, sobre todo el brioche.
El restaurante se sitúa en la primera planta del Hotel Arts y su decoración diáfana y blanca favorece el deleite relajado, con un servicio muy amable y profesional.