Hay lugares mágicos porque se sitúan en ubicaciones únicas, porque son un crisol de culturas y porque atesoran una historia rica y convulsa. Así es Tarifa (Cádiz), envuelta por los vientos marinos, en la parte más septentrional de Europa, donde el Mediterráneo y el Atlántico se encuentran, y defendida por el Castillo de Guzmán el Bueno, mandado construir por Abderramán III en el año 990, que corona su casco histórico donde se ubica el Hotel Misiana.
Desde la suite de la azotea, muy amplia, luminosa y decorada con gusto en tonos blancos y grises, se pueden percibir cada una de las características que definen esta localidad gaditana de casas encaladas y calles recoletas llenas de pequeños restaurantes con encanto y su comercio genuino y floreciente.
Desde las hamacas de la terraza, con vistas 360 grados, se puede divisar la cordillera del Atlas en la vecina África y el tráfico de grandes buques que atraviesa el Estrecho de Gibraltar.
El correcto desayuno se sirve en el local de abajo, donde por las noches puedes degustar de la divertida carta de su restaurante o una copa al son de la música que pincha un DJ.