La Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL) presentó este jueves en Valladolid un estudio realizado en colaboración con The Family Advisory Board (TFAB), a través de unas encuestas realizadas a las compañías asociadas a EFCL. La pregunta en la que se centra el Informe sobre el estado de gobierno de la empresa familiar en Castilla y León es ¿estoy gobernando bien mi empresa familiar?, cuestión trascendente según esta asociación “puesto que el buen gobierno es factor clave para asegurar la continuidad transgeneracional, objetivo diferencial en las empresas familiares”.
Según este informe, las empresas familiares de Castilla y León destacan por su fuerte compromiso con el empleo y su visión sobre el futuro cercano, ya que el 86% de las empresas familiares ve con optimismo el 2017.
César Pontvianne, vicepresidente de EFCL, junto con Manuel Bermejo, profesor y presidente de TFAB, dieron a conocer los resultados de este trabajo. Bermejo destacó que “gobernar la empresa familiar supone mucho más allá que hacer un protocolo de familia”. Además, el presidente de TFAB añadió que “exige visión holística atender los diferentes planos que conviven en el ecosistema familia/empresa, identificando los retos de familia y negocio que deben trabajarse para alcanzar objetivos definidos por cada familia empresaria”.
Entre las fortalezas figuran la reputación de marca, la excelencia de los productos que ofrecen y, en segundo nivel, la capacidad de adaptación a cambios del entorno y el espíritu emprendedor. Por el contrario, las principales amenazas son los competidores que se refuerzan, las complicaciones del entorno socio-político y los cambios en el entorno empresarial.
Mayoría de pymes
El informe muestra una “alarmante ausencia de tamaño crítico” en la empresa familiar castellana y leonesa para competir en entornos cada día más globales, digitales y complejos. La mayoría de las empresas familiares analizadas son pymes, con una facturación que oscila entre 6 y 50 millones de euros. Ligadas a este aspecto se revelan también cuestiones como la escasa presencia internacional de estas compañías, la dificultad de atracción de talento externo o la ausencia de políticas de formación.
El 80% de las empresas analizadas no poseen un plan de formación específico para accionistas y futuros accionistas y el 40% carece de órgano de gobierno empresarial, el 26% en el caso de las empresas más grandes.
En cuanto a los asuntos socio-emocionales, los encuestados resaltan la ausencia de comunicación como el principal factor que puede detonar conflictos en la familia empresaria.
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