Abadía Retuerta genera el 45% de su energía eléctrica con su nueva planta fotovoltaica y persigue reducir su uso global hasta un 20% con medidas de eficiencia. No en vano, la compañía tiene el objetivo de convertirse en una referencia internacional según los criterios ESG y alcanzar la neutralidad de carbono para 2040.
Para Enrique Valero, CEO de Abadía Retuerta: “nuestra razón de ser nació del deseo de recuperar y poner en valor un legado histórico, cultural y natural. Desde el inicio, nos propusimos generar un impacto positivo en nuestro entorno y en la comunidad, a través de experiencias transformadoras vinculadas al mundo del vino y el arte. Por eso, seguimos impulsando iniciativas que refuercen y den continuidad al compromiso con el que comenzamos este camino”.
Tanto es así que se ha convertido en un destino experiencial de referencia en el sector turístico de excelencia y vinícola en pleno corazón del valle del Duero, que continúa con su compromiso de preservar el desarrollo y la calidad medioambiental del paraje y sus terrenos. Más que un hotel o una bodega, esta abadía del siglo XII conecta el legado de 9 siglos, creando un impacto positivo.
Turismo de alta gama
El último proyecto impulsado por este referente del turismo de alta gama nace en 2 de sus espacios más emblemáticos: el Huerto y el Jardín de los Monjes, 2 enclaves cargados de historia que fueron habitados por los monjes premostratenses desde el siglo XII.
El Huerto de los Monjes, recuperado en 2019, es la despensa natural de los restaurantes del hotel de Abadía Retuerta. Destaca por cultivar más de 150 variedades de verduras y hortalizas, por contar con un sistema de riego eficiente por exudación y promover la biodiversidad mediante la plantación de flores que atraen polinizadores naturales. Este año el huerto ha ampliado su superficie en 4.000 metros cuadrados, alcanzando así los 6.400.
Por su parte, el Jardín de los Monjes, diseñado por el paisajista internacional Álvaro Sampedro, es un espacio contemplativo que conecta a los huéspedes con la naturaleza y la espiritualidad. Concebido como un ecosistema vivo y sostenible, está compuesto en su práctica totalidad por plantas autóctonas, capaces de regenerarse por sí mismas y adaptadas al clima local. Una vez maduro, el jardín apenas requerirá agua de riego. Mientras tanto, el 100% del agua utilizada en el hotel se regenera para el riego de este espacio natural.
Además, en febrero se han plantado 6 hectáreas de frutales (almendros, cerezos, manzanos y perales) y para noviembre de este mismo año se espera sumar otras 50 hectáreas de pino y encina del Bosque, del cual ha formado parte Fernando Ojeda, fundador de la Fundación ReForest Project, para aumentar la biodiversidad de la finca, la cual cuenta con 140 tipos de aves censadas o 40 colmenas de abejas, así como reducir el 92% del consumo de agua.
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