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Grupo Aspasia destaca la implicación de las empresas como clave en la nueva Ley de FP

La compañía recuerda la necesidad de personal con cualificación intermedia para satisfacer las demandas del mercado laboral
Estudiantes hostelería Aspasia
Según el Grupo Aspasia, la nueva Ley de Formación Profesional ofrece a las empresas la oportunidad de formar a los futuros profesionales en procesos propios y ahorra costes de formación en los potenciales empleados.

La nueva Ley de Formación Profesional es ya una realidad. El pasado marzo superó el último trámite parlamentario al ser ratificada en el Senado. Anteriormente, en diciembre de 2021, había sido aprobada en el Congreso de los Diputados y su entrada en vigor se ha producido en abril. Esta nueva ley supone “grandes cambios en el paradigma de la Formación Profesional en España”, explica Lorenzo Alonso Nistal, CEO del Grupo Aspasia, quien añade: “las empresas tendrán un papel fundamental para el éxito de esta nueva regulación”.

Asimismo, el empresario reconoce que este texto “se trata ciertamente de una inversión a medio y largo plazo para las compañías al responsabilizarse socialmente de la formación de los estudiantes”. Al mismo tiempo, añade que la nueva ley “ofrece a las empresas la oportunidad de formar a los futuros profesionales en procesos propios y ahorra costes de formación en los futuros empleados”.

La Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional introduce cambios que desde el Grupo Aspasia, una de las empresas más importantes en el ámbito de la formación a nivel nacional, se consideran como un acierto. El nuevo texto conseguirá que todas las competencias en Formación Profesional pasen a depender de un único ministerio, el de Educación. Hasta ahora éstas estaban divididas entre los Departamentos de Educación y de Empleo.

Microformaciones

Por otro lado, esta regulación establece la creación de “microformaciones” que permitirán a cualquier trabajador activo poder formarse en aspectos específicos y técnicos de su profesión y conseguir una acreditación oficial. También se introduce un Catálogo de Ofertas de Formación Profesional dividido en cinco grupos que reformula el sistema actual de FP. Estos grupos irán de la A hasta la E y ordenarán las formaciones según su duración y complejidad. Así, los grupos A y B estarán enfocados a obtener un certificado de competencia; el C equivaldrá a un certificado de profesionalidad; el tipo D abarcará ciclos formativos básicos, medios y superiores; y el tipo E, cursos especializados con el objetivo de aportar una formación específica a las personas ya tituladas. Además, el texto indica que en los grados de la C a la E, entre el 20% y el 50% de la duración total de las formaciones será de prácticas en empresas.

Experiencia

El Grupo Aspasia viene trabajando en este modelo dual desde hace ya varios años. En la Escuela de Profesionales Alcazarén la compañía cuenta con varios ciclos formativos que se desarrollan en la modalidad dual. Así, los alumnos de Alcazarén disfrutan cada año de un amplio período de prácticas remuneradas en algunas de las mejores empresas de los sectores de la gastronomía, el marketing, el turismo o la educación en Castilla y León.

Del mismo modo, la compañía dirigida por Alonso Nistal posee también una amplísima experiencia en la variante de formación dual basada en el contrato de formación. A través de este tipo de proyectos, el Grupo Aspasia ha ayudado a generar más de 400 puestos de trabajo. Cabe destacar que éste es el único modelo que contempla la ley en los modelos de formación en alternancia. La entidad educativa ha trabajado en esta línea con empresas de diferentes sectores. En su catálogo de casos de éxito destacan proyectos con importantes marcas dedicadas al mundo del automóvil, la industria o la agroalimentación, entre otras.

Certificado de profesionalidad

En este tipo de iniciativas, se crean formaciones hechas a medida para que las empresas cliente puedan cubrir sus vacantes con perfiles muy adaptados a sus necesidades. Al mismo tiempo, las personas contratadas consiguen un certificado de profesionalidad que mejora su nivel de empleabilidad y reciben una remuneración económica por el tiempo de trabajo que realizan en la empresa que les acoge.

En la actualidad, la deficiencia de este tipo de perfiles de nivel intermedio está siendo un problema para que las empresas puedan cubrir sus vacantes laborales. Se estima que en 2035 aproximadamente la mitad de las ofertas de trabajo requerirán de un título de técnico. Esta ley quiere poner solución al problema y prestigiar la formación profesional para ponerla al nivel e igualar la calidad de la misma en otros países en la Unión Europea.

Aunque ya está aprobada en el Senado, la implementación esta nueva ley se podría extender hasta un plazo de cuatro años. El próximo paso del Gobierno de España es presentar un calendario de desarrollo que ha de ser aprobado previa consulta a todas las comunidades autónomas. Para hacer efectiva esta nueva regulación, se contará con un presupuesto con un importe superior a los 5.000 millones de euros.

Más información en el número de mayo de la revista Castilla y León Económica

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