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Asturias, la escapada ideal para desconectar

Mar y montaña que se tocan, patrimonio ancestral, pueblos con encanto diseminados por paisajes de postal y gastronomía de renombre son perfectos para perderse en el paraíso asturiano
Sibaritas hotel
Hotel Palacio de Luces ‘Relais&Châteaux’, en Luces (Asturias).

Luisa Alcalde

Aunque tiene fama de que puedes tener las 4 estaciones en un mismo día, lo que, por otro lado, te ayuda a evadirte de los problemas, lo cierto es que el clima de Asturias cada vez es más benigno o como dicen en el norte “no aciertan ni una”, en clara alusión a que las previsiones meteorológicas suelen errar, es otro atractivo para perderse en el paraíso.


Muy cerca de Lastres, un coqueto pueblo de pescadores colgado sobre un acantilado que saltó a la fama por la serie de televisión Doctor Mateo, se sitúa estratégicamente el Hotel Palacio de las Luces Relais&Châteaux, un establecimiento de 5 estrellas cuya gestión ha pasado por distintas manos hasta conseguir tras la pandemia cierta estabilidad para aplicar unos adecuados estándares de calidad.

Ideal para escapada de fin de semana


Ideal para una escapada de fin de semana, con 48 habitaciones funcionales y muy espaciosas, algunas con acceso a jardín y terraza propia, el Palacio de Luces cuenta con una zona de wellness, gimnasio y spa equipado de piscina climatizada, duchas de contraste, sauna y hammam; además de una carta de tratamientos mejorable.

El restaurante del hotel posee una oferta digna que permite compartir platos y que ganaría en atractivo si se decantara por elaboraciones más sencillas ausentes de salsas y de excesivo condimento. Este espacio, de grandes ventanales, desde donde se disfruta de una preciosa vista de la montaña asturiana, es el lugar elegido para servir los desayunos, que son a la carta y de gran calidad, para disfrutar de ellos con calma: zumo de naranja natural, fruta de temporada, bollería artesana, embutidos, quesos, platos calientes con gran variedad de huevos y tostadas al gusto del huésped.

Paseo por Lastres


Desde el hotel se encuentra a tiro de piedra la célebre localidad de Lastres, que merece un paseo por sus empinadas y angostas calles; y descender hasta su puerto donde observar las distintas artes de la pesca; además de acercarse al Faro de Luces para disfrutar de sus bellos acantilados. Para degustar alguna de las capturas de sus pescadores, un buen restaurante es Casa Eutimio, que ahora también ofrece habitaciones. Sus especialidades, marisco y pescado local elaborado con mínima intervención, habitualmente al horno o a la plancha. Besugo, San Martín, pixin (rape), merluza, pargo y salmonete son algunas de sus propuestas, junto con centollo, bogavante, percebe y andarica (nécora) siempre que sean de la zona.


Hacia la costa oriental, es imprescindible acercarse a las bellas localidades de Ribadesella y Llanes. En la primera, muy recomendable un paseo por su señorial playa con sus elegantes construcciones, la subida a la ermita de la Virgen de Guía, un recorrido por el casco histórico y, por supuesto, comer en La Huertona. Un restaurante ubicado a las afueras que sorprende con una cocina purista de producto, que en algunos casos sigue la estela de Etxebarri, por su dominio de la brasa aplicada al pescado y al marisco como en los berberechos, la merluza y los salmonetes, de factura perfecta. Aunque su fuerte son los productos del mar, también ofrece buenas carnes e incluso lechazo hecho a su manera, que incorpora limón. Buena carta de vino y servicio profesional.

‘Los Cubos de la Memoria’ de Agustín Ibarrola en el puerto de Llanes.


En Llanes, el ambiente alborota el pueblo, su comercio y sus tabernas y llena de color el puerto pesquero, ya de por sí decorado por el artista vasco Ibarrola. De grandes cubos de hormigón de originales dibujos, es un reclamo más si cabe para esta localidad eminentemente turística, salpicada de hermosas playas como la de Celorio, El Sablón, Puerto Chico, Toró y Los Curas.

El Retiro, con estrella Michelin


Para poner un contrapunto a la tradición gastronómica de la zona, nada mejor que El Retiro, un restaurante situado a escasos kilómetros de Llanes, laureado con una estrella Michelin desde 2015. Este negocio familiar, al pie del cañón desde 1981, ha renovado su savia desde 2012, fecha en la que se incorpora el hijo de los propietarios Ricardo Sotres, que ha dado un vuelco a la oferta del establecimiento. Una innovación bien entendida que se nutre de la verdadera cocina ancestral asturiana, enriquecida con la creatividad del chef. Con una oferta abierta, que te permite elegir entre menú degustación -maridado con vinos, si se prefiere- y a la carta, Sotres divierte al comensal con entrantes bien ejecutados presentados de manera original, como el Bacalao en diferentes pasos, en un espacio acogedor, donde tradición y vanguardia se dan la mano, cobijadas por los gruesos muros de la casona de piedra, decorados con arte moderno en torno a una cálida chimenea.

De izquierda a derecha, comedor del Restaurante La Huertona, en Ribadesella; y ‘Bacalao en diferentes pasos’ de El Retiro.

Oferta amplia y variada


La oferta es amplia y variada para jugar a probar varios platos a cual más apetecible. Para abrir boca, la Ostra tibia, jugo de ternera y caviar, de potente sabor, que pese a lo que pueda parecer, no enturbia la salinidad del molusco; o la Vieira con emulsión de alga codium, coco y brotes marinos, una acertada combinación con toques asiáticos; como en la Centolla, pasta y curry, un guiño a la gastronomía india. El Guiso de morros y oreja asturcelta con carabinero en 2 servicios, donde contrasta a la perfección la turgencia del crustáceo con la gelatinosidad de las vigorosas partes del cerdo, embelesa el paladar.

En los principales, uno puede decantarse por un buen Arroz de pitu de caleya, pescado del día o un nada desdeñable abanico de carnes, como el Pichón asado a la brasa, apionabo y setas; el Lomo de vaca asturiana a las brasas de encina, los callos guisados tradicionalmente o la Paletilla de cabrito a la Cuera asada. En los postres, sorprende la influencia tropical, lo que aporta frescura a elaboraciones como el Tocinillo, maracuyá, mango y cítricos, el Kiwi asturiano, manzana, jalapeño y yogur o la Torrija caramelizada, helado de pasión y coco.

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