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Emina y Matarromera, primeras bodegas de Castilla y León en conseguir el certificado de Producción Integrada de viñedo

Dentro de su apuesta por la sostenibilidad y la agricultura regenerativa
Bodega Emina.
Bodega Emina.

Dentro de su apuesta por la sostenibilidad y la agricultura regenerativa, Emina y Matarromera han recibido el certificado que las acredita como bodegas acogidas al régimen de Producción Integrada. Son las primeras bodegas de Castilla y León en acreditarse dentro de este sistema de producción, que concibe el manejo del viñedo como un ecosistema integral.

Con ello, los viñedos de Emina y Matarromera producen vinos con toda la originalidad y autenticidad de unos suelos naturales libres de todo componente. La producción integrada es un sistema de producción agraria que orienta la producción convencional a la producción ecológica, con el uso limitado de fertilizantes, herbicidas y fitosanitarios muy determinados, de una forma más racional y cuando no exista otra alternativa posible más inocua.

Optimizar el uso de recursos

Mediante este tipo de producción, Emina y Matarromera optimizan el uso de recursos y mecanismos de producción naturales, emplean técnicas de cultivo para conseguir una agricultura más sostenible y usan métodos de control de plagas compatibles con la protección medioambiental y la productividad agrícola. Ambas bodegas han optado por cubiertas vegetales plantadas o espontáneas según el terreno y su inclinación.

El certificado de producción integrada se obtiene tras superar una auditoría en la que se valoran diferentes aspectos, como por ejemplo la preparación del terreno, la plantación, el riego, la fertilización, las podas, las labores de cultivo y el control de plagas.

Necesidades del terreno

Emina y Matarromera tienen sus plantaciones con una orientación y disposición de las cepas ajustada a las necesidades del terreno, minimizando la erosión y llevando a cabo análisis de suelo para determinar la elección del patrón más adecuado, “así garantizamos una mayor eficiencia en el riego, optimizamos los recursos hídricos realizando analíticas de agua para evaluar su calidad y análisis de suelo para conocer sus características y composición, así como análisis foliares que indiquen que el programa de fertilización que llevamos a cabo es el adecuado”, señalan los responsables de las bodegas.

“Empleamos únicamente abonos orgánicos libres de metales pesados y otros productos tóxicos. Adecuamos la poda (en verde y en seco) a las exigencias de cada variedad, a su índice de fertilidad y otros factores agronómicos. Además, retiramos los restos de poda inmediatamente para evitar plagas o enfermedades y se emplean para otros insumos”, añaden.

Las bodegas Emina y Matarromera llevan ahora a una nueva dimensión su compromiso con el medio ambiente mediante este sistema de producción, que fomenta la disminución del uso de productos químicos, además de un uso racional del agua y de los recursos naturales, y que permite obtener vinos más saludables para el consumidor.

Castilla y León Económica

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