Desde hace un tiempo a esta parte, la tendencia entre los directivos ya no es permanecer en la misma compañía de por vida. Los tiempos en los que por 25 años de servicio te regalaban un reloj en medio de una fiesta han pasado.
Ahora, lo habitual es trabajar en distintas empresas a lo largo de la vida profesional, a veces porque son fichados por otras compañías, a veces por necesidad, porque prescinden de sus servicios, cuando alcanzan determinada edad. La movilidad está al orden del día.
Hola, Luisa:
Hace un tiempo que no podía verte y escucharte en la presentación del tema de turno. El título es genial y muy sujerente, con la realidad social y empresarial que estamos pasando, ¡pobres animalitos!, los tiempos mandan y las circustacias también.
La movilidad en muchos casos enriquece, pero la experiencia también tiene un plus de positividad. Yo en lugar de animalitos, hubiera empleado la terminología que tan en boga está, los “emprendedores” y los “que sienten la empresa donde desarroyan la actividad profesional como propia”; lo cual nos lleva a reflexionar que los tiempos pasados no eran malos, hasta que llegaron los sindicatas “vividores”, por un lado, y funcionarios resentidos y prepotentes, por otro.
Al margen de toda polémica, tengo que hacerte notar, que te puedes encuadrar tú misma en la clase de animalito de los que haces mención, pero para mí sigues estando estupenda (en todos los sentidos) y el escenario donde desarollas la acción lo encuentro mejorado en el colorido y conjunto.
Un cordial saludo.
Julián
Gracias, Julián, por tus amables palabras. Me cuesta un poco encorsetarme en una u otra especie, pero la metáforoa animal que hace este directivo me parece muy acertada.
Me alegro mucho de volver a verte por aquí, un abrazo.