El equipo de Mariano Rajoy está ultimando los detalles de la reforma financiera que podría presentar este viernes, 3 de febrero, y que incrementará las exigencias de provisión a la banca en cerca de 50.000 millones de euros con el fin de afrontar eventuales pérdidas por su exposición al ladrillo.
El Ejecutivo central permitirá a las entidades financieras elegir entre la posibilidad de cargar las mayores exigencias de provisión sobre beneficios o sobre el capital para sanear sus balances ante el deterioro del sector inmobiliario.
En concreto, estudia dar un plazo de 2 años a las que decidan cargar las provisiones sobre los beneficios, y establecer un período inferior para las que las detraigan del capital, según informaron fuentes financieras.
Recuperar la confianza exterior
El Gobierno quiere acelerar el saneamiento del sector financiero para recuperar la confianza de los mercados internacionales y relajar el coste de la financiación exterior sin que el conjunto del sistema entre en números rojos. Su objetivo es que el abaratamiento de la financiación permita reactivar el crédito, la actividad y atajar el paro.
Europa Press