La reciente aprobación de la reforma del sistema de pensiones español ha motivado la elaboración de una encuesta por parte de la consultora Randstad, en la que se refleja que sólo el 3,9% de los trabajadores está dispuesto a retrasar su edad de jubilación: acepta cumplir su función en el mercado laboral hasta los 65 años, pero no más allá. De hecho, el 45% reconoce su aspiración de retirarse a esta edad, pero más de la mitad de los consultados (50,4%) prefiere jubilarse antes. Destacan en este último grupo los empleados que aspiran a abandonar el trabajo entre el grupo de edad de los 60 y los 64 años (33,7%), mientras que sólo el 16,7% quiere jubilarse antes de los 60 años.
Este dato no impide el aumento progresivo en los últimos años de las prejubilaciones, un sistema que ha provocado una “grieta” en el mercado laboral ante la retención de talento de los más mayores y, a largo plazo, la sostenibilidad del sistema.
Los universitarios y las mujeres aspiran a jubilarse antes
El nivel formativo de los trabajadores es uno de los factores que más determinan su predisposición a ampliar la edad legal de la jubilación. Así, las personas sin estudios o con menor cualificación asumen que su vida laboral se alargará por más tiempo, en buena parte para asegurarse una pensión suficientemente alta como para atender sus necesidades económicas futuras.
El contrapunto lo ponen las personas con un nivel de cualificación mayor: los universitarios son los profesionales que tienen mayores expectativas de jubilarse antes. De hecho, casi el 15% de titulados superiores desearía retirarse del mercado laboral antes de los 55 años.
Las mujeres también muestran una disposición a retirarse antes que sus compañeros varones, ya que el 8% desearía jubilarse antes de los 55 años, otro 8,2% se jubilaría entre los 55 y 59 años y sólo un 2,4% piensa en jubilarse más allá de los 65 años.
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