El Palacio de Guevara es una inmersión perfecta en el entorno rural, porque desde que se pone el pie en la bucólica localidad cántabra de Treceño uno desconecta del estrés cotidiano al alejarse del mundanal ruido. Los anchos muros de piedra, las amplias habitaciones -algunas de ellas todavía conservan mobiliario antiguo- y las confortables estancias comunes invitan a relajarse en el interior acogedor de esta casona montañesa del siglo XVIII. Con 15 habitaciones y una suite, el Palacio de Guevara también cuenta con restaurante propio, donde sin grandes despliegues ofrece una cocina honesta con especialidades cántabras. En este espacio también se sirven generosos desayunos, con zumo de naranja natural, embutido ibérico y repostería artesana, como la famosa quesada. La ubicación del hotel es inmejorable para disfrutar de la montaña, al tiempo que permite acercarse a la próxima costa para pasear por bellas localidades como San Vicente de la Barquera o Comillas. Un par de visitas obligadas son las Cuevas del Soplao y el Museo de las Cuevas de Altamira, a poco más de media hora del hotel en coche.
Sobre el Cantábrico que ruge
En uno de los paseos marítimos más bonitos de Europa, el Hotel de Londres, ubicado en plena Playa de la Concha, redobla el señorío de una San Sebastián que se mantiene como una potencia gastronómica de primer nivel