Una veintena de colectivos vinculados a la micología se reunió este viernes con Alicia García, consejera de Cultura y Turismo, para estudiar las mejores fórmulas que conviertan el micoturismo de Castilla y León en un producto que funcione en los mercados nacional e internacional.
La pretensión de la Junta es trabajar de la mano de las empresas y asociaciones del sector para optimizar “las posibilidades turísticas y gastronómicas del potencial que ya tiene Castilla y León como zona micológica”. En este contexto, la consejera avanzó que su departamento trabaja en “un novedoso sistema de Programas de Producto Turístico, con 2 ideas claves: especialización y comercialización”.
Así, se elaborarán “paquetes integrados para permitir la comercialización, siempre fomentando la colaboración público-privada mediante la participación directa del empresario y de las asociaciones y colectivos del sector”. El fin último debería ser el posicionamiento de ese producto en el mayor número posible de canales de distribución comercial.
Recurso con potencial
Castilla y León cuenta con el 15,24 % de la superficie forestal nacional, con 1.500 especies micológicas documentadas, de las que 53 tienen un alto interés culinario. “El micoturismo está en plena armonía con el desarrollo sostenible del entorno y tiene una importancia creciente como factor de desarrollo rural”.
Por estos motivos, la consejera de Cultura y Turismo consideró en la reunión que los recursos micológicos de Castilla y León “tienen un importante componente turístico pendiente de desarrollar y de aprovechar y ha llegado el momento de hacerlo para consolidar esta región como la principal referencia nacional e internacional y destino turístico y gastronómico preferente en todo lo relacionado con las setas y las trufas”.
Entre las líneas de colaboración propuestas por la Consejería, y sobre la base del trabajo ya realizado por parte de las asociaciones y centros micológicos de Castilla y León, se estudiará la posibilidad de desarrollar y elaborar rutas micológicas, visitas guiadas a zonas de interés y la promoción de este recurso como producto turístico específico, con la creación de paquetes turísticos que incluyan alojamientos, turismo rural y restaurantes.
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