En Playa d’en Bossa, la localidad turística más popular de Ibiza, siguiendo la estela de otros establecimientos hoteleros musicales como Ushuaïa, Hï Ibiza o Hard Rock, pero a varias millas de ese lujo y con DJ’s mucho más discretos que otros famosos como David Guetta que actúan en esos célebres espacios, se sitúa el Hotel Santos, dirigido a un público joven con ganas de fiesta en la isla más famosa del mundo, gracias a consolidarse como una marca turística internacional.
Con ritmo electrónico y dedicado a las grandes figuras del rock and roll con especial incidencia en los miembros de la mítica banda Led Zeppelin, sus habitaciones tienen nombres de estos artistas, algunos de los cuales tuvieron vínculos con Ibiza mucho antes de que llegaran los popes de la electrónica. Sin duda, la mejor habitación es la 312 que lleva el nombre de Robert Plant (cantante de los Led Zeppelin), por tratarse de una suite con una pequeña cocina y abalconada sobre la animada piscina, frecuentada por DJ´s a partir de las 14,00 horas y con vistas fabulosas al Mediterráneo de agua turquesas sobre las que amanece. Tal como reza una fotografía colgada en la habitación, cuando el vocalista decidió abandonar el grupo se refugió en la Isla Blanca. El líder de la banda, junto con el guitarrista Jimmy Page, compusieron Stairway to heaven (Escalera al cielo), considerada una de las mejores canciones de todos los tiempos y cuyo título decora la fachada del hotel desde la playa.
Con categoría de 4 estrellas, un poco justas y sin apenas servicios, ofrece un desayuno bufé, cócteles y comida ligera para saborear en la piscina. También tienen masajes y una pequeña tienda de ropa playera. Lo mejor, sin duda, su ubicación sobre la arena de la playa, lo que te permite disfrutar de edificantes baños en el mar y subir a tu tumbona, donde puedes distraer la vista con la panorámica del Mediterráneo o con el curioso paisanaje de la piscina, mientras la música de baile calienta motores para noches que prometen.
Cercanía a la capital
Otra ventaja es la cercanía a Ibiza capital, apenas a 5 minutos en taxi, para recorrer su coqueto casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, con su castillo y muralla y sus callejuelas llenas de encanto.
Cocina cosmopolita
Ibiza capital tiene una interesante oferta de cocina cosmopolita y una buena muestra de ello es Sa Cova, un bistró de fusión francesa-peruana, con una carta corta pero diversa, que tan pronto te divierte con unas ostras Guillardeau número 3 Nikkei, como te sorprende con un excelente Ceviche de corvina o unas Navajas gratinadas al ají. No en vano su chef Begoña Aramendi, aunque de origen vasco, vivió parte de su niñez y juventud en Lima (Perú). El menú puede continuar con rico Rodaballo al horno con calabaza e hinojo. La carta de vino muy cortita, con discretas referencias galas y algún caldo de la Ribera de Duero poco habitual, como es el burgalés Dominio de Basconcillos. El servicio, muy amable y profesional, se mueve con soltura entre la diminuta terraza de apenas 7 mesas concentradas en una recoleta plaza, desde la que se disfruta de una preciosa vista de la imponente muralla y la altiva catedral del casco histórico.
Gastronomía italiana
Si prefiere cambiar de tercio de la gastronomía francesa a la italiana, en la zona del puerto deportivo -que merece una vista para alucinar con los lujosos yates atracados-, se puede degustar una excelente cocina en la Trattoria del Mar, con algunos platos estrella como Pasta con bogavante y Risotto de cigala fresca, pulpo, almejas y langostinos, además de los famosos postres y una atractiva carta de vinos transalpinos.