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Agria polémica con Alberto Cagigas

Por: Prudencio Herrero
biblioteca, universitarios, alumnos

¿Recuerdan aquellas intervenciones del palentino Ramón Arangüena en las que se hacía pasar por periodista sin experiencia? Creo que eran dentro del programa Caiga quien caiga. Nunca faltaba la pregunta: ¿Qué fue de su agria polémica con Iñaki Gabilondo?

Pues en este post me dispongo a abrir una agria polémica, no con Iñaki Gabilondo, sino con Alberto Cagigas, para los despistados: el director de este medio. El origen de la polémica está en este desafortunado post.

Resumo los mensajes que lanza en él a la muchachada a la que bautiza como Generación Perdida:

– “La (medida) más eficaz y con mayores posibilidades de éxito es que empieces a hacer la maleta”.

– “(Alemania) es una tierra que ofrece oportunidades de prosperar a los emprendedores”.

– “El debate sobre la fuga de talento en España no es para ti, sino para los gobernantes que no supieron ver a tiempo la crisis”.

– “Claro que aún aman a su nación (los que han emigrado), pero ésta no les ofreció la oportunidad de trabajar de una forma digna y ahora se sienten ciudadanos del mundo”.

Pues siento mucho discrepar con usted Sr. Cagigas. Y discrepo mucho. En mi opinión, sólo hay una forma de arreglar nuestros problemas (igual me da que sean los de España que los de Castilla y León): ponernos a trabajar en ellos. La huida nunca ha sido una buena solución para el colectivo. Sí para las individualidades.

Cambiar el rumbo

Si tenemos un problema como sociedad… ¿Quién cree usted que lo tiene que arreglar? Yo creo que nosotros. ¿De quien es el problema de la fuga de talentos? ¿De los gobernantes? Yo pienso que es nuestro. ¿Por qué en Alemania se ofrecen más oportunidades que en España? Por nuestra culpa.

No son los gobernantes, ni la nación, la que debe ofrecer la oportunidad de trabajar de forma digna. Somos las personas, son los esforzados empresarios los que lo hacen. No digo que los gobernantes no sean responsables de mucho del desastre que vivimos, digo que el problema no es sólo suyo.

Yo creo en nuestra capacidad para inventar un futuro distinto para Castilla y León. Sé que la mayoría de nuestros jóvenes no son conscientes de su potencial ni de cómo contribuir a ello. Pero eso no es un problema de los jóvenes, porque sé que a los que no somos tan jóvenes nos pasa exactamente lo mismo. Nos hemos creído ese argumento falaz de que los problemas los resuelven los gobiernos, las grandes empresas… Y aquí estamos en medio de la tormenta esperando que otros resuelvan el desaguisado.

Compromiso con la tierra

Si animamos a que nuestros jóvenes se vayan, puede que pensemos que les hacemos un favor. Pero no estamos haciendo nada por resolver el problema. Tampoco estaremos haciendo nada por crear un futuro distinto para el territorio que hemos escogido para vivir en él. Porque yo he escogido quedarme en Castilla y León y ayudar, aunque sea de forma modesta a que aquí tengamos un futuro, para los que estamos y para los que quieran estar.

Yo creo que las cosas más importantes de nuestra vida no se explican con los aumentos de nómina, aunque me los ofrezca Merkel. Son otros aspectos deliciosamente ilógicos como el amor a tu tierra, la pasión por lo que haces o el compromiso para con los tuyos los que hacen que merezca la pena pelear y decir que “lo hemos vivido”.

Por eso cuando veo a los Castellanos y leoneses por el mundo, me alegro por ellos, pero me pongo triste por nosotros. Por eso cuando Ramón Arangüena me pregunte (perdónenme la fantasía), ¿Qué fue de su agria polémica con Alberto Cagigas? Yo, al contrario de los entrevistados de entonces, tendré razones para responderle.

31 comentarios

  1. Querido Prudencio, por (evidentes) alusiones:

    1- Lamentablemente, el concepto de Generación Perdida no es mío, sino que es un término utilizado por organismos internacionales, como el FMI. Su director gerente, Dominique Strauss-Kahn, advirtió recientemente de la siguiente amenaza: “nos enfrentamos a la perspectiva de una Generación Perdida de gente joven, destinada a sufrir durante toda su vida de peores empleos y condiciones sociales”.

    2- No se trata de aconsejar a los jóvenes que inicien una huida. Todo lo contrario, sino a que se enfrenten a la realidad. Huir es quedarse en casa de papá y mamá, enviar cuatro currículums a las empresas de tu ciudad donde es improbable que te contraten y ver pasar los días entre caña y caña.

    3- Tú y yo hablamos desde la seguridad de quien tiene unos ingresos puntuales cada mes vía nómina. Pero me pongo en la piel de esos chicos que forman parte de la estadística: en Castilla y León hay cerca de 24.000 jóvenes menores de 25 años que están en el paro. ¿Crees que todos tienen oportunidad de trabajar en nuestra región en un corto plazo? Recuerda que una economía no crea empleo neto hasta que no crece entre el 2% y el3%, porcentajes impensables en España y en Castilla y León al menos para el período 2011-12.

    4- Afirmas: “Yo creo que las cosas más importantes de nuestra vida no se explican con los aumentos de nómina, aunque me los ofrezca Merkel. Son otros aspectos deliciosamente ilógicos como el amor a tu tierra, la pasión por lo que haces o el compromiso para con los tuyos los que hacen que merezca la pena pelear y decir que lo hemos vivido”. Nada que objetar al amor al terruño; pero hay que explicarles a los chavales que se despojen del síndrome de las plantas (nacer, crecer y morir en el mismo lugar) y que se tienen que ganar la vida como sea, en su región, o si no es posible, fuera.

    5- Políticos, empresarios, profesionales y la sociedad civil puede discutir y poner en marcha un nuevo modelo productivo en Castilla y León para recuperar la senda del crecimiento, pero esa transformación no se produce de la noche a la mañana. Mientras tanto, ¿qué pueden hacer nuestros jóvenes, quedarse en el sofá a esperar, confiar en que el nuevo modelo productivo dinamice el mercado laboral?

    6- Hablo por experiencia propia: de acuerdo que las mejores rabas son de Santander (ciudad donde nací); de acuerdo que un paseo por El Sardinero es lo mejor del mundo entero (eso dice la canción); de acuerdo que las albóndigas de bonito de mi madre son las mejores (eso lo digo yo); de acuerdo que las playas santanderinas tienen la arena más fina; de acuerdo que la bahía de la ciudad es de las más más bonitas de la costa española; de acuerdo que tiene un ideal clima suave durante todo el año que te evita el frío en invierno y los calores del verano; y así hasta el ad infinitum. Pero un día, siendo bastante joven, decidí irme porque me di cuenta de que mi querida tierra no me ofrecía una salida profesional que cumpliera mis expectativas y tomé la Ruta de los Foramontanos para emigrar a la dura Castilla. Fue la mejor decisión de mi vida en el plano profesional. Como en la casa de uno, en ningún sitio; de acuerdo, pero ése es un mensaje perverso que adocena a nuestra juventud.

    7- Cuando hablo con empresarios de Castilla y León con procesos de internacionalización, me comentan que el principal problema que tienen es buscar profesionales de nuestra región que quieran dirigir esos procesos desde los mercados destino. No les mandan al exilio, sino a liderar por unos años la expansión territorial de una compañía; en definitiva, a abanderar un proyecto internacional. Pero no hay manera, y al final tienen que contratar y formar a ejecutivos nativos.

    8- Temo que me he extendido en la respuesta. Para ahondar más en esta agria polémica, nos vemos en ‘La Noria’.

    1. Muy buena la polémica, ya que aunque la razón me diga estar con Cagigas, mi corazón está con lo expuesto por Prudencio. Qué habría pasado si los que estamos en Castilla y León (y/o España), nos hubiéramos ido todos, en cualquiera de las otras crisis que ya hemos vivido…

      1. Gracias por el apunte Mariano,

        Son interesantes estos debates entre la razón y el corazón.

        Yo también me he preguntado, si todos hubiéramos emigrado ¿quien se habría ocupado de Castilla y León / España? ¿los que inmigraron? Uhmm, lo voy a reflexionar.

        Un abrazo,
        Prudencio

    2. Apreciado Sr. Cagigas:

      Le agradezco que se haya tomado su tiempo para contestar mis argumentos. Dá gusto debatir con gente preparada… y dispuesta a mantenerse en sus posiciones a pesar de las andanadas.

      1.- Símplemente no estoy de acuerdo con usar el calificativo de “generación perdida”. Es denigrante y autolimitante. Me quedo más tranquilo sabiendo que viene del FMI. Con la trayectoria de “aciertos” del organismo de marras es probable que termine siendo la “Generación salvadora”.

      2.- Completamente de acuerdo: muchas veces huir es quedarse sin hacer nada y esperar a que te lo resuelvan otros.

      3.- Permítame que dude de la seguridad de los ingresos que adornan nuestras nóminas (al menos de los mios). Y sí. Si creo que nuestros jóvenes pueden tener trabajo a corto plazo en Castilla y León: El que se creen ellos. Esperar a que “la economía crezca al 2%” es una de esas ideas absurdas que llevan a la gente a no hacer nada hasta que “la economía crezca al 2%”. Pero, amigo mío, ¿quién demonios es la economía sino nosotros?. O dicho desde una perspectiva microeconómica: hay empresas que están creciendo en empleo y emprendedores que se han lanzado a la aventura. Hoy. En Castilla y León. No esperan al dato del crecimiento del PIB. Buscan un mercado y allá que se van. ¿Por qué no podrían hacerlo muchos más? Ésa me parece la pregunta clave.

      4.- Tener el “síndrome de las plantas” (esto no es del FMI, ¿eh? ;-)), no es ni bueno ni malo. Que los jóvenes sean conscientes de que de ellos depende el “ganarse la vida” es fundamental.

      5.- Le contesto igual que en el punto 3. No se trata de que nadie diseñe un nuevo modelo productivo. Los mercados se encargan de hacer eso (y de contradecir a los diseñadores del modelo, por cierto). Lo que deben hacer los jóvenes es encontrar mercados a los que ofrecer lo que valen. Y donde discrepo es en pensar que el único mercado para nuestros jóvenes es el mercado laboral (trabajar para otros). Yo prefiero que nuestros jóvenes trabajen en crear sus propias empresas y poner en valor lo que saben/tienen/valen. Ello crearía empleo y mejoraría nuestra actividad económica.

      6.- Completamente de acuerdo: un paseo por El Sardinero es lo mejor del mundo entero, que las playas santanderinas tienen la arena más fina, que la bahía de la ciudad (de Santander) es de las más más bonitas de la costa española, que tiene un ideal clima suave durante todo el año… De lo de las croquetas de su madre… me faltan datos, pero conociendo su buen gusto lo daré por un hecho. Oiga, pero en lo que discrepo gravemente es en lo de las rabas, pues todo el mundo sabe que las mejores son las de Santoña. Y fíjese, ahora en serio, que precisamente su caso debería ser el modelo a seguir: Alguien que viene a esta tierra. Decide quedarse en ella a vivir (por h o por b). Que si no le dan trabajo… se lo inventa. Que genera empleo para otros. Y ayuda a mejorar nuestra economía (y otras muchas cosas buenas que nos ha traido y que por lo extenso, no es plan citar aquí). ¿Podría haber hecho lo mismo en su tierra? Yo sé que si, porque, casualidades de la vida, tengo en mi familia a su alter ego.

      7.- Es verdad que eso supone un problema para nuestros empresarios: la gente no quiere moverse. Pero es un problema menor. Y es que esos mismos empresarios, por suerte para nosotros, son ejemplo de eso que yo decía que va más allá de la nómina: decidieron quedarse en Castilla y León. ¿Hay razones logísticas o económicas para que Gullón esté en Aguilar? Ninguna ¿Dibaq en Fuentepelayo? ¿Incosa entre León y Valladolid? Dicho de otra manera ¿no les vendría mejor a estos empresarios haberse ido a Madrid (Paris, Londres, Moscú, Shanghai…)? El corazón tiene razones que la razón no entiende… y benditas razones… porque si no, amigo mío, esto sería un erial.

      8.- Si que nos ha quedado largo, si. No sé si este debate es más propio de “La Noria” o de “Sálvame”, atendiendo al evocador título de tan pintorescos programas.

      Un cordialísimo abrazo:
      Prudencio Herrero Acebo
      Fundación para la Excelencia

  2. Por mi parte, sin divagación alguna, estoy con Prudencio. Abogo por su idea y creo que, el hecho de irnos todos al “exilio”, no es solución para los jóvenes actuales y mucho menos para generaciones venideras.

    Interesante y trascendental -esperemos- polémica, al menos para que la chavalería de nuestros días nos pongamos a pensar…

    1. Gracias Pablo,

      lo de trascendental… vamos a ponerlo entre comillas, que no aspiramos tanto. 😉

      Un saludo:
      Prudencio

  3. Pues creo que ambos tenéis razón en parte.

    Estoy con Alberto en que un número importante de miembros de esa generación tendrá que empacar y buscarse la vida fuera. Como suele ocurrir, se irán los más emprendedores y aquellos con mejor cualificación, porque eso es lo que el mercado exterior aceptará.

    Estoy con Prudencio en que eso tampoco es una solución. Incluso el mercado exterior tiene una capacidad para absorber españoles. Además, el empobrecimiento que supone nos dejará en una peor posición para que este país tenga futuro.

    Vamos a requerir cambios importantes en nuestro modelo social y en nuestra educación. Hay que fomentar el emprendedurismo, que permita canalizar la energía y capacidades de nuestros jóvenes. Hay que reformar la Administración, entre otras cosas, para eliminar las plazas vitalicias que nos alejan del propio carácter de la existencia que es todo menos segura. Hay que conseguir que los jóvenes se incorporen antes al mercado de trabajo y que salgan de casa antes de adocenarse… y un largo etcétera que espero, sean los únicos frutos útiles de una crisis agravada por la incompetencia negligente de una clase dirigente española (económica, social y política) que nunca nos ha acompañado.

    Saludos

    1. Gracias por tu comentario Luís.

      Fomentar emprendedurismo, reformar la administración, incorporación temprana al mercado de trabajo, salir de casa (antes)… ¿donde hay que firmar? Ojalá la crisis traiga esos “frutos”, pero en ese tema no soy demasiado optimista.

      Un abrazo, Prudencio.

  4. Querido Pencho,

    Pues a pesar de la amistad que nos une, creo que comparto muchos de los argumentos del Sr. Cagigas (a quien no tengo el gusto de conocer). Lo del amor al terruño es muy romántico, pero no es así como se evoluciona y se crece económicamente, y menos en la sociedad cada vez más global donde nos ha tocado vivir. El mundo ha cambiado más en los últimos quince años que en los 50 anteriores, y este proceso está cada vez más acelerado. Y o nos adaptamos como Castellano-Leoneses (quien le iba a haber dicho a nuestros antepasados que algún día nos autodenominaríamos así), o al menos como individuos. No se pueden obligar a cambiar a quien no quiere.

    Otra cosa es animar a la gente a transformarse en empresaria y no a “buscar empleo”. Ahí Pencho te doy toda la razón. Parafraseando a Kennedy: no se trata de ver qué trabajo me proporciona la sociedad, si no qué puedo aportar yo con mis conocimientos y mis habilidades a la sociedad.

    Un saludo y animo con las polémicas constructivas,

    Fernando

    1. Gracias por el comentario Fernando.

      Una anotación al hilo del “amor al terruño”. La mayoría de las personas que conozco y que hemos decidido quedarnos aquí, no ha sido tanto por un amor a nuestra tierra como por haber comenzado un proyecto familiar. Es también amor, pero de otro tipo. Evidentemente no está en mi mente obligar a nadie a que haga lo que no quiere. Si alguien se quiere ir a Londres a buscarse la vida, me va a parecer genial. Pero tengo claro que con ello está resolviendo su problema. No el de Castilla y León.

      ¿Hay futuro para nuestra comunidad? Yo creo que sí. ¿Quién va a hacer que ese futuro se haga realidad? Nosotros. El acento en el artículo lo pongo en que no debemos dar por perdida a la generación que creo que más va a contribuir a nuestra recuperación. Y por ello pienso que debemos apoyar para que esta generación se crea capaz de hacerlo y tenga ilusión por intentarlo. Y que cada uno ayude desde donde pueda. Por eso abogo por que no se contenten con “lo que les ofrecen” otros y que se sientan protagonistas. Aunque bien pensado, la tarea no es solo de los jóvenes. ¿No crees?

      Otro apunte, me preocupa últimamente cómo las historias repetidas se convierten en realidad. Si a nuestros jóvenes nos empeñamos en etiquetarlos como Ni-Nis o como Perdidos corremos el gran riesgo de que se lo crean.

      Y mi último comentario. Aunque la sociedad necesita de estos jóvenes y de su contribución… yo no busco que ellos monten empresas por responsabilidad social (cita de Kennedy). Espero que lo hagan por su propio interés. Que el resto de la sociedad nos beneficiemos de ello, será un resultado más de algo que creo puede ser interesante para sus vidas (igual que la aventura de emigrar).

      Un abrazo, Fernando y gracias por discrepar!
      Prudencio

  5. Los desplazamientos de trabajadores masivos en algunos momentos de la historia, aunque le pese al corazón son necesarios y ayudan al desarrollo económico de los que emigran y al desarrollo de los que se quedan en la tierra dónde nacieron, a vivir y buscarse un modo de vida. Esos movimientos migratorios responden a la demanda del mercado (de fuera) y a la NO demanda del mercado interno. Usted que haría si le ofrecieran una oportunidad de trabajo mejor lejos de su tierra???, tomaría a su tierra en su corazón y probablemente se iría??? o no??
    Estoy de acuerdo en no llamar Generación Perdida a los Jóvenes que vienen, ROTUNDAMENTE me niego. Y espero que el tiempo me dé la razón.

    1. Gracias por comentar.

      Creo que estamos básicamente de acuerdo. Especialmente en lo que respecta a la denominación de Generación Perdida. También en que los movimientos de personas son necesarios para el desarrollo económico (aunque quizás sea más propio decir que son consecuencia del mismo).

      Sin entrar en demasiados detalles, le diré que conozco muchos casos (entre los que me incluyo) de personas que hemos renunciado a sueldos interesantes en otras ciudades. ¿Por qué?. Yo lo hice porque tengo a mi mujer e hijos aquí. No fué “amor a la tierra”, sino otro tipo de amor o valores. Como decidí quedarme y como soy una persona comprometida, me preocupa lo que pasa en mi tierra y cual será nuestro futuro. A mi no me parece tan extraño. Pero como podrá observar, se trata siempre de decisiones personales. De decisiones tomadas con el corazón.

      Un cordial saludo:
      Prudencio

  6. Con estos debates tan interesantes, de tanto leer creo que hoy no me voy a ganar el sueldo…..(broma).
    Mi aportación: yo creo que el debate dejaría de serlo si consideramos que cuando alguien se va tambien puede volver.Irse a Alemania supone un enriquecimiento de lap ersona que tendrá mucho más que aportar cunado vuelva, incluso un carácter emprendedor mayor del que tenia cuando marchó. Opino que TODOS deberíamos “irnos” alguna vez por un periodo mayor o menor, y a nuestra vuelta es cuando de verdad haremos algo de provecho para nuestra querida Castilla Y León.
    Un abrazo a mis queridos blog-mates. ISABEL

    1. Hola Isabel:

      Estoy de acuerdo contigo: todos deberíamos “irnos” alguna vez. De hecho, los mercados nos obligan cada vez más a estar en un permanente “irse”. Como de eso sabes tú más que nadie, lo dejo aquí.

      Gracias por pasarte y comentar y gracias por tus posts que son muy muy instructivos y siempre invitan a la reflexión. Un abrazo:
      Prudencio

  7. ¿ Alguien se ha parado a valorar lo que nos ha costado formar a esos jóvenes que ahora van a ofrecer sus conocimientos y formación a otros paises?? ¿ No sería más rentable invertir, aparte de en su formación, en buscar salidas profesionales para ellos?? Si tengo que decantarme … estoy con Prudencio. Un saludo.

    1. Gracias Jesús:

      Efectivamente, formar a nuestros jóvenes nos cuesta un potosí y para rentabilizarlo habría que invertir (no mucho) en la búsqueda de salidas más allá de la búsqueda de empleo.

      Un abrazo, Prudencio

  8. Hola Prudencio,

    Excelente replica (aunque el artículo original también me gusto). Yo opino un poco como tú , los argumentos del corazón no se entienden pero son los que debemos seguir. El ejemplo que pones de Gullon es bastante representativo, podriamos dar otros.
    Yo sobre este tema discuto mucho con amigos y llego siempre a la conclusión de que nadie va a venir “de fuera” a ayudarnos ni a montar empresas solo podremos ser nosotros quiénes lo hagamos, debemos creer más en nosotros mismos ( y en nuestra tierra) que es algo que no hacemos los castellanos (quizás por nuestro sobrio carácter).

    Definitivamente, la solución no es irse, la solución es volver !!!!, aqui tenemos excelentes profesionales y excelentes oportunidadades pero hay que lucharlas claro está… Yo lo hice hace 11 años desdeñando mejores puestos en Madrid y ya somos mas de 50 personas “subidas” al mismo proyecto….

    1. Hola José Manuel,

      creo que lo has expresado perfectamente.
      Gracias por participar en el debate.

      Prudencio

  9. Enhorabuena por el debate: a pesar de los problemas que hay estoy con los que miran hacia adelante y buscan soluciones para nuestro jóvenes y……..no tan jóvenes.

    Rocío

  10. Buenas tardes a todos,

    Uniéndome a esta discusión, no todo es blanco o es negro, como suele decirse. Entiendo la posición de Pencho, como luchador por el avance innovador de su tierra pero también entiendo la posición del Sr. Cagigas, desde un punto de vista tanto personal como profesional. Desciendo de zamoranos que emigraron al Pais Vasco porque aquí no tenían futuro (pan para comer) y yo he retornado para desarrollar mi carrera profesional ( no se trata de tener una nómina a final de mes sino de afrontar un reto profesional). Ir “fuera” a trabajar puede ser la oportunidad perfecta para aprender y para desarrollar competencias y habilidades, tanto en negocio propio o por cuenta ajena y luego siempre se puede retornar y aplicar lo aprendido. Pero estando fuera también se puede hacer mucho por tu tierra, ya que estamos en un mundo cada vez más globalizado.
    Aún así, desde mi punto de vista uno de los problemas de base de nuestra juventud (no de toda afortunadamente pero si de mucha) es la falta de una cultura del esfuerzo, que empieza con lo básico para ser competitivos hoy en día, como pueden ser los idiomas, lo que impide que seamos competitivos ya sea estando en Castilla y León o fuera.

    Un saludo.

    1. Muchas gracias por tu comentario Amaya,

      y me quedo con eso de que “estando fuera también se puede hacer mucho por tu tierra”. ojalá se lo aplicaran muchos de los que ya no están.

      Un abrazo,
      Prudencio

  11. Las dos posiciones me parecen coherentes, fuera de lo que trascienda y la polemica: tienen sus criterios y seguramente las posiciones no están estructuradas, sino que parten de unas creencias, de unas convicciones, de una cultura de pensamiento determinada.

    Yo por mi parte me limito a decir que me apena decir que el problema esta propiamente en el inmobilismo de los jovenes y quiero hacer las siguientes consideraciones al respecto:

    – Les hemos cambiado muchos paradigmas en sus vidas:
    Carentes de disciplina y poco autodisciplinados, salvo excepciones.

    – Les hemos legado la peor Universidad en muchos años: Todavia no entiendo como la Universidad pretende ser efectiva con el modelo del profesor sempiterno y funcionario y sin dar entrada a los que realmente están a la última en cada materia.

    – Les hemos intoxicado con programaciones basura en los medios y en las aulas: sin ideales de superación y de esfuerzo. Los iconos deportivos como Nadal y Gasol son los únicos referentes validos.

    Para abrazar un poco de optimismo quiero añadir que es necesario dar unos pasos atras y reconsiderar que a pesar de lo que hemos hecho mal, a los jovenes se les puede enseñar, se les puede marcar un camino y posteriormente exigirles que den el máximo siendo ellos mismos los primeros benefactores de ese esfuerzo de superación, ya que el mercado esta lleno de oportunidades, solamente hay que ponerse un par de gafas ajustadas y ver.

    1. Excelente apunte!

      Me ha resultado curioso, José Antonio, que empiezas poniendo el acento en los jóvenes y su falta de iniciativa… para justo después trasladar la responsabilidad a un “nosotros” sobre el que los jóvenes parecen tener poca culpa (les hemos cambiado paradigmas, les hemos legado la peor universidad…).

      Coincido plenamente con el análisis y con tu visión optimista final. Se puede enseñar a los jóvenes: a esforzarse más, a superarse, a afrontar retos, a ponerse esas “gafas ajustadas” para ver oportunidades del mercado… Y debemos enseñárselo con nuestro ejemplo (vamos, como se ha hecho toda la vida).

      ¿Alguien se apunta?

      Gracias por tu aportación,
      Prudencio

  12. Prudencio, no se puede decir mejor ni más claro.
    Ojala muchas personas más pensaran como lo haces tú, nos iría mucho mejor a todos.

    Muchas gracias por este artículo, de momento el mejor de todos hasta la fecha.

    1. Gracias por tus palabras,

      Pensar es solo el primer paso, para mí es más importante hacer. Y ahí todavía ando escaso de méritos.

      Un saludo:
      Prudencio

  13. Estimado polemista:

    Si tomamos la definición ofrecida por Wikipedia, lo de la “Generación Perdida” era porque cada época de recesión tiene su generación perdida y la de los años 20 americana de literatura (que tuvo que buscarse las habichuelas fuera de su terruño) es un claro ejemplo de que si la generación o sus elementos quieren, pueden, no sólo no perderse, sino que destacarse por su valía. Por eso, no comparto que tal denominación sea “denigrante y autolimitante”, sino que incluso puede ser estimulante.

    Saludos.

  14. Hola Prudencio:

    Me ha hecho reflexionar mucho la “agría polémica” que se ha generado en vuestros blogs, yo siempre he tenido en mente irme fuera a trabajar (desde mi época de estudiante en el extranjero), los motivos son los siguientes.
    1.- No se nos ofrecen trabajos interesantes cuando salimos de la universidad.
    2.- Tengo la percepción de que se valora más a la gente con experiencia internacional que a la cantera (aprovechando la buena fama de esa palabra gracias al Barça).
    3.- Por curiosidad y conocer otras culturas.
    4.- Por formación en idiomas.

    Gracias a esta polémica me doy cuenta de que nunca nos planteamos generar nuestro propio trabajo. Creo que por varias, falta de motivación, miedo, inexperiencia…etc.

    En conclusión creo que el corazón es mucho más importante de lo que nosotros creemos y con él podemos conseguir las cosas más grandes. Todo comienza con un cambio de actitud y donde comienza ese cambio?

    Muchas gracias por el debate!
    Saludos a todos!

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