La nueva generación del Volkswagen Touareg ofrece una silueta que recuerda a su antecesor, pero si miramos con detenimiento el frontal, adopta un estilo más próximo a los recientes modelos de la marca y una parte posterior que se aproxima cada vez más a su primo, el también nuevo Porsche Cayenne. En el habitáculo se ha ganado en el aspecto práctico con la fila trasera de asientos deslizantes, así como la posibilidad de abatir los respaldos posteriores por medio de un botón en el maletero que, por cierto, ha perdido 35 litros en volumen.
En cuanto al equipamiento, la lista es larga pero hay destacar, por lo práctico, las cuatro cámaras Area View (de serie en España, al igual que el navegador táctil y el airbag de rodillas) que ofrecen una visión de 360º. E igualmente el sistema stop&start, el control de velocidad de crucero, con función de parada total, o el sistema Dynamic Light Assist que modifica automáticamente el haz de los faros bi-xenón para no deslumbrar a los vehículos que vienen de frente.
El consumo se ha reducido y ha mejorado su comportamiento dinámico en asfalto. La clave para lo primero está en sus motores más eficientes, el cambio automático de ocho marchas, una mejor aerodinámica y los cerca de 200 kilos menos de peso. La versión probada es el V6 3.0 TDI, de 240 cv (desde 58.240 euros), con un consumo homologado de tan sólo 7,4 l/100 km. Es espectacular su potencia y el par de 550 Nm a 2.000 rpm. Pero lo es aún más cómo trasmite toda esa fuerza.
En carretera y autopista la primera sensación, y muy buena, viene de la mano de la excelente insonorización: no se sabe si vamos al volante de un diésel o de un gasolina. El empuje del V6 es espectacular desde el mismo inicio de marcha. Una parte importante de este resultado se debe a la caja de cambios automática Tiptronic de ocho velocidades que, además de sumar desarrollo, acorta la primera y estrecha los saltos intermedios. Los consumos igualmente nos sorprenden.
Tras comprobar su mejora en asfalto, nos cabía una duda: si el nuevo Touareg habría perdido las buenas cualidades en el campo de su antecesor, que le aproximaban a un verdadero todoterreno. La verdad es que se ha mostrado capaz de salir de zonas bastante más complicadas de las que habitualmente deberá afrontar en manos de sus propietarios. En realidad, los límites en el campo de este modelo los marcarán sus neumáticos, mientras que en el asfalto podremos viajar como en una berlina alta de gama.
Santiago de Garnica