Cartif ha instalado en Salamanca 35 sensores de medición de la calidad del aire, denominados motas, dentro de la segunda fase del proyecto Rescatame que lidera el centro tecnológico. Esta actuación pretende analizar la relación entre la contaminación atmosférica y el tráfico rodado, a pesar de que la ciudad ya se registra unos niveles de polución “acordes con la legislación nacional y europea”.
La colocación de estos instrumentos se realiza después de varios meses de trabajo en los que se ha recopilado información sobre la meteorología en la zona, las concentraciones de los contaminantes y la señalización y flujo de tráfico. Los estudios efectuados han generado “interesantes conclusiones, como que las concentraciones más elevadas de óxidos de nitrógeno se dan en los meses más calurosos y que cuando hay niveles altos de dióxido de nitrógeno no hay niveles altos de ozono”, explica Cartif.
Según los pasos previstos en el proyecto, una vez que concluya la medición de las motas se podrán seleccionar los mecanismos de control de tráfico más viables y adecuados a la ciudad de Salamanca.
Castilla y León Económica