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Renault Arkana, un SUV coupé al alcance de todos

El parachoques delantero está diseñado en torno a la famosa pala F1
Renault Arkana
Renault Arkana.

Tener un SUV coupé hasta ahora suponía mirar a marcas premium, pero Renault nos lo pone más fácil gracias al Arkana, desde 25.745 euros. El acabado RS Line le queda como un guante. Así, el parachoques delantero está diseñado en torno a la famosa pala F1 específica de las versiones RS. Y las llantas de 18 pulgadas pintadas en negro le dan una imagen dinámica y con personalidad. En el interior, la calidad percibida es buena. Encontramos plástico flexible dondequiera que toquemos, pero el símil cuero de las puertas es mejorable.

En los acabados altos, encontramos la instrumentación digital de serie, así como el sistema multimedia Easy Link con pantalla táctil de 9,3 pulgadas. El acabado de nuestro Arkana RS Line conlleva aplicaciones de imitación de carbono e inserciones rojas como los ribetes y costuras. Al contrario de lo que podamos pensar, la línea del techo en caída no castiga a los ocupantes de las plazas traseras. Con su distancia entre ejes de 2.720 mm, el Arkana incluso deja atrás al Kadjar (2.647 mm), es decir, si bien es un SUV coupé, no hay problema de espacio. E igual pasa con el maletero, con un volumen de al menos 513 litros. No son valores récord, pero teniendo en cuenta la forma de la parte trasera, es una cifra excelente.

Ofrece 2 motores

Se ofrece con 2 motores: el 1.3 litros turbo de gasolina probado, que es un microhíbrido, y el híbrido E-Tech (un híbrido clásico, no enchufable). Este último lleva un motor de gasolina 1.6 litros y 2 motores eléctricos. Ambos cuentan con caja de cambio doble embrague y 7 velocidades. Los 140 CV y los 260 Nm del TCe 140 EDC permiten pasar de 0 a 100 km/h en 9,8 s. El híbrido E-Tech, con 145 CV y 148 Nm, emplea 10,8 s. Y gasta menos: un consumo medio declarado de 4,9 l /100 km (WLTP) frente a 5,8 l/100 km del TCe.

Si hacemos mucha ciudad y menos carretera, es aconsejable el E-Tech. Pero si nuestro uso primordial es en carretera y nos gusta una conducción dinámica, es mejor el TCe, aunque gaste más. Y a estos motores se va a sumar un TCe 160 CV.

Los ingenieros se centraron principalmente en el eje trasero, ajustado para proporcionar más estabilidad en las curvas rápidas. La dirección también se ha actualizado para ser más precisa y directa. La maniobrabilidad también se ha mejorado al reducir las caídas de la línea central en un 10% y ajustar el radio de giro (ahora 11,2 metros). Al mismo tiempo, Renault ajustó los amortiguadores. Todos estos cambios, junto con la distancia entre ejes más larga, hacen que no sólo sea más dinámico, sino también más cómodo. Sería ir demasiado lejos definirlo como un verdadero deportivo, pero el compromiso que Renault ha logrado encontrar es de una calidad poco habitual en este segmento.

Santiago de Garnica

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