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6 retos en la gestión de la calidad en la industria y cómo afrontarlos con la ayuda de la tecnología

Definición de KPIs, la relación con proveedores y clientes y procesos menos engorrosos son algunas de las claves
Industria.
El proceso de control de la calidad no puede limitarse al producto fabricado, debe extenderse a los clientes y proveedores.

En los últimos años, el encarecimiento de las materias primas, la energía y el transporte están causando una reducción drástica en los márgenes de las empresas industriales que no siempre se puede repercutir al consumidor. En este contexto, la no calidad empieza a salir muy cara, poniendo en peligro no sólo la rentabilidad de bienes concretos, sino la competitividad global de las organizaciones.

Para ayudar a las empresas industriales en esta transformación, Arbentia identifica algunos los principales retos en la gestión de la calidad y cómo la innovación tecnológica puede ayudar a que la misma sea más fácil, efectiva y rentable:

1.- Una gestión de la calidad de 360º: tradicionalmente, la gestión de la calidad industrial ha estado muy centrada en las características finales del producto. En los últimos tiempos, sin embargo, el peso de otros factores ha ido creciendo en el cómputo total de la no calidad. Como resultado, la gestión de la calidad hoy en día debe abordarse con un enfoque holístico y de 360º, abarcando desde el encargo de la materia prima o de componentes, hasta la entrega del producto terminado, e integrando el manejo de la calidad de los productos, las interacciones con los clientes y de los propios proveedores.

2.- Definición de KPIs de la calidad de productos: no se puede controlar lo que no se puede medir, por tanto, sin unos parámetros predefinidos y fáciles de aplicar en cada ensayo de calidad de producto, difícilmente se alcanzará una gestión de la calidad estandarizada que asegure la observabilidad y que facilite la toma de medidas correctivas. Para facilitar este proceso, las compañías industriales ya cuentan con capacidades tecnológicas que agilizan y automatizan este proceso, asegurando la estandarización de criterios y la obtención de unos datos libres de error y fáciles de comparar.

Proveedores y clientes

3.- Extender la gestión de la calidad a los proveedores: el proceso de control de la calidad no puede limitarse al producto fabricado. Para su óptima gestión, las compañías industriales también necesitan dotarse de capacidades consistentes para controlar dicha calidad desde el proveedor, con su consiguiente evaluación, homologación y seguimiento. Estas capacidades también necesitan poder incluir parámetros adicionales como, por ejemplo, certificaciones específicas en función de los productos y su renovación, entre otros, junto con toda la gestión documental asociada.

4.- La interacción con los clientes: se trata del tercer pilar de la calidad y, como tal, debe integrarse adecuadamente en los sistemas de gestión de la calidad industrial. En ello, las compañías del sector precisan de capacidades como la generación de encuestas de satisfacción, junto con herramientas de evaluación y seguimiento, que ya están presentes en algunas aplicaciones comerciales. Aunque la gestión con clientes se perciba como aislada del proceso industrial y el resultado de la no calidad en este ámbito sea más difícil de cuantificar, esta actividad cierra el círculo de gestión de la calidad por su impacto en la imagen de la organización.

Evitar procesos engorrosos

5.- Proceso engorroso con poca utilidad real: muchas empresas industriales todavía gestionan la calidad de sus productos y procesos con hojas de cálculo o herramientas aisladas, extrayendo y combinando datos de múltiples fuentes, con el consiguiente perjuicio para la ratio esfuerzo/rentabilidad. Para una gestión de la calidad industrial efectiva y rentable, capaz de impactar en la competitividad de la organización, hace falta aunar todos los procesos y datos ligados a la calidad en una única aplicación tecnológica, avanzada e integrada con el ecosistema de gestión central de la organización. Esto asegurará la automatización de procesos, la eliminación de los posibles errores, y la simplicidad en el intercambio de datos, la gestión documental y los análisis para la toma de decisiones correctivas.

6.- La gestión de la calidad debe ser móvil: para que los responsables de la calidad en las empresas industriales puedan aprovechar al máximo las capacidades tecnológicas disponibles para este proceso, es esencial que estas herramientas sean tan móviles y flexibles como el resto de su entorno informático. Las nuevas aplicaciones de gestión de la calidad son móviles y accesibles desde cualquier dispositivo y ubicación, gracias a que se pueden alimentar sobre la marcha y en movimiento. Además, se caracterizan por su alta intuitividad, lo que reduce el tiempo necesario para aprender a utilizarlas y fomenta su adopción.

Castilla y León Económica

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