Luis Aragonés, una visión crítica sobre su liderazgo

Por: Félix Alberto Sanz
A la derecha, Luis Aragonés.
A la derecha, Luis Aragonés.

Hay un dicho popular que reza que “Dios nos libre del día de las alabanzas”.

Desde el fallecimiento de Luis Aragonés he escuchado, visto y leído numerosos reportajes sobre su figura, todos ellos, cómo no, ensalzándola. Doy por sentado que fue un buen jugador de fútbol (yo no lo vi jugar, pero así me lo aseguran quienes sí lo vieron) y un buen entrenador (para mí, el mero hecho de llegar a la élite de algo y permanecer en ella ya te hace ser bueno en ese algo), para mí sobrevalorado (animo a quien quiera a que repase su palmarés), pero un buen entrenador.

En lo que no puedo estar más en desacuerdo es en que, como he oído y leído, fuese un ejemplo de liderazgo. O no al menos de mi concepto de liderazgo en pleno 2014.

El otro día, casi al azar, llegaron a mí los vídeos de sus charlas antes de algunos partidos y me reafirmé en mi creencia: Luis Aragonés no era un ejemplo de buen líder.

Claro que poseía cualidades que ha de tener un líder (pasión, intensidad, poner el foco de las victorias en los jugadores), como todos tenemos alguna. Puede que fuese un buen motivador -aunque tendría un detalle sobre ello, para mí su estilo era más instigador que inspirador-, le reconozco su valentía a la hora de tomar ciertas decisiones -posiblemente uno de sus grandes aciertos fuese tomar, en un momento determinado, una decisión impopular en la selección española- y no dudo que no tuviese razón en alguno de sus numerosos conflictos, pero para mí liderar es otra cosa.

Liderar

Para mí liderar ha de asentarse en un marco ético y conlleva no ir más allá de esos límites para conseguir resultados. Pedir a los jugadores -como hizo antes de la final de la Eurocopa- que hicieran por provocar a un jugador alemán fácilmente excitable, para expulsarlo, es salirse de ese marco deportivo.

Para mí liderar conlleva no estar malhumorado de manera continua y enfadado con el mundo. ¿Alguien, si cierra los ojos, le recuerda sonriendo?

Para mí liderar lleva implícito aceptar que otros pueden estar en desacuerdo contigo y no por ello ser tus enemigos. En cuántas tertulias, si alguien mostraba su desacuerdo con él, lo callaba a voces.

Para mí a la hora de liderar (y de convivir) es inaceptable agredir a la gente que colabora contigo. Para mí no fue nada gracioso lo que hizo con Eto’o en su momento (a pesar de que se vendiese como una anécdota simpática). ¿Os imagináis siendo zarandeados por vuestro jefe o si tenéis puestos de responsabilidad, zarandeando a un colaborador?

Pero sobre todo, cuando además eres popular, liderar es ante todo ser un modelo continuo de comportamiento. Y todas esas conductas que he señalado (y alguna que me dejo en el tintero para no alargarme demasiado) no son las conductas que yo quiero que sirvan de modelo a mis hijos o a las personas que quiero que me lideren.

A mí particularmente me gustan mucho más las formas y el estilo de liderar del actual seleccionador, Vicente del Bosque. El cual, curiosamente, también obtiene resultados. Más que ningún otro.

16 comentarios

  1. No puedo estar más de acuerdo con tu artículo. Pero lo impopular hoy día es exponer lo que has escrito. Me quedo como parte fundamental de lo que escribes en que todo lo que se ha mostrado no es de un líder de 2014 y sobre todo “…para mí su estilo era más instigador que inspirador…”.
    A día de hoy, a mi entender, la gestión de plantillas no puede ir canalizada por conatos de improvisación y charlas magistrales burlescas sino más bien por la puesta en común de decisiones y mostrando vías de posibles soluciones ante problemas deportivos puntuales.

    1. Qué decirte Chechu, si tú estás de acuerdo conmigo yo no puedo estarlo menos contigo. Me gusta mucho el foco que pones en lo de las “charlas magistrales burlescas” -me recuerda a la comparativa entre el estilo comercial de hace años totalmente basado en el poder persuasivo del comercial y cómo se gestionan las acciones comerciales hoy en día, con un mayor análisis y trabajo pre y post venta-. Yo opino como tú, las cosas han cambiado, para bien y las maneras de liderar personas han de ir a la par que dichos cambios.
      Muchas gracias por tu comentario.

  2. Enhorabuena por esta atrevida reflexión. Pero estoy 100% en desacuerdo. Quizás porque en mi época moza me vestí de corto en la UDS y agradecí que mi entrenador utilizase la hiérbole para mejorar; quizás porque leí algún “clásico” que me ayudó a diferenciar entre la “autoritas” y la “potestas”. Pero más allá de mi humilde opinión me quedo con la de los propios pupilos de LA. TODOS le reconocieron como un gran líder. Yo a mis hijas sí les he dicho quien fue D. Luis.

    1. Gracias a ti por tu comentario Eduardo y por mostrarte en desacuerdo con el escrito (siempre es más fácil comentar para asentir que para discrepar). Yo también me vestí de corto hace años (por lo que te leo a menos nivel, yo tan sólo llegué e jugar en 3ª) y me recuerdo de niño jugando partidos en campos embarrados, entrenamientos sin apenas luz, balones ovalados, castigos consistentes en correr alrededor del campo y entrenadores cuyas frases favoritas eran “con dos cojones”, ¡Me cago en la madre que lo parió!” o “¡eres tonto!”, siempre a grito pelado.
      Afortunadamente los niños de ahora entrenan en campos de hierba artifical, con luz, vestuarios higiénicos y balones redondos. Al igual que eso ha cambiado (yo creo que para mejor), la manera de liderar personas también y tal vez la hipérbole puede ser descrita desde un tono de voz normal y, desde luego, la “autoritas” no está reñida con la mala educación, la falta de respeto y el “fair play”, es más creo que desde ahí se refuerza más.
      Yo también a mi niño le he dicho quién fue Luís Aragonés (me lo preguntó cuando falleció), pero no le pondré los vídeos con Eto’o, con Reyes,…
      Cierto es también que sus jugadores hablan bien de él y yo no puedo minusvalorar ese importante detalle.
      De corazón muchas gracias por tu comentario Eduardo.
      Un abrazo

  3. Estimado Félix.
    No quiero que tome esta reflexión como una critica contra su persona y quiero expresarle el máximo respeto a su reflexión, pero estoy en total desacuerdo con usted.
    En mi opinión a pesar de su currículum, confunde el liderazgo con lo políticamente correcto.
    Estoy totalmente de acuerdo con usted, de que D. Luis Aragonés, no era una persona políticamente correcto, pero si un líder.
    un líder no tiene porque ser simpático, ni aparentar siempre su buen humor o contar chistes.
    Un líder es alguien que es capaz de ilusionar a un grupo mas o menos grande con un proyecto común y creo que D. Luis lo consiguió y hay está la prueba en la selección española o en la afición del Atlético de Madrid.
    Creo que estaremos de acuerdo que grandes lideres han sido personas con caracteres tan diferentes como Hitler y Juan Pablo II, Adolfo Suarez, Felipe González, Aznar y el papa Francisco, Obama y Teresa de Calcuta.
    Son algunos ejemplos de lideres que al igual que Luis Aragonés tienen algo en común:
    Conseguir ilusionar en su proyecto.

    1. Estimado anónimo (preferiría llamarte por tu nombre). Lo primero, cómo no, agradecerle su comentario pues a mí personalmente me ha ayudado a reflexionar sobre los siguientes puntos (creo que te hace más reflexionar quién te muestra una postura diferente a la tuya que quién la apoya):

      1- Cuando escribo mi opinión en un medio público doy por hecho que van a haber opiniones diferentes a la mía y doy por sentado que son eso, opiniones diferentes a mi opinión, no a mi persona. Así que no se preocupe que no me lo tomo como ninguna crítica hacia mi persona, faltaría más. Agradecido de que alguien se tome la molestia y algo de su tiempo en darme réplica.

      2- Le animo a que me señale en qué momento del escrito yo he dicho que Luís Aragonés no fuese un líder. Yo lo que he dicho es que para mí no es el ejemplo o modelo del estilo de liderazgo en el que tenemos que fijarnos en pleno 2014. Al igual que no he dicho que para ser líder haya que contar chistes, pero sí digo que para liderar no se puede estar malhumorado, enfadado o envuelto en conflictos la mayor parte del tiempo.

      3- Dicho lo cual, le agradezco sus ejemplos. Cojamos uno de ellos, Adolf Hitler. Ya que fue capaz de “ilusionar” a millones de personas con un proyecto ¿lo ponemos de ejemplo y modelo de liderazgo? No sé a usted que le parece, mi respuesta es no. Y me reitero, no con ello digo que no fuese un líder, lo que digo es que yo creo que no es el modelo en el que tenemos que fijarnos a la hora de liderar (y por supuestísimo que PARA NADA comparo a esta figura con el protagonista del post, faltaría más).

      4- La capacidad de ilusionar es una cualidad que ha de tener un gran líder, sin duda alguna, pero no basta sólo con ello. Su puede ilusionar a mucha gente a través del engaño. Recuerda, por poner un sólo ejemplo, cuántas personas fueron ilusionadas con las preferentes? Seguro que usted y yo estamos de acuerdo en que quién “lideró” aquello no es un modelo de liderazgo, a pesar de su capacidad de ilusionar.

      5- Y a raíz del punto 4 y con esta última reflexión termino. Para mí, a la hora de liderar, a la hora de buscar resultados, a la hora de poder llevar a personas a un buen puerto (y me da igual el contexto, empresarial, deportivo, familiar,…), NO TODO VALE. Y eso poco o nada tiene que ver con ser política correcto o incorrecto, tiene que ver con jugar dentro de unas normas éticas y dentro de un marco mínimo y básico de respeto.

      Pero todo esto sólo es mi opinión, nada más. De nuevo, estimado anónimo, muchas gracias por su reflexión y por compartirla con nosotros.

      Un saludo

  4. Quienes trataron a Luis Aragonés recuerdan su tremendo sentido del humor. Son clásicas las anécdotas sobre el sexador de pollos en una rueda de prensa del Mundial 2006, o cuando vaciló en el túnel de vestuarios a un jugador alemán cambiándole el nombre y haciendo que la selección saltara a jugar la final de la Eurocopa 2008 con una sonrisa en la cara a consecuencia de ello. Seguro que en Internet hay archivos sonoros y visuales sobre ello, ahí le verás reír ¿Qué no era el mejor de los líderes? Yo sí creo que lo era, pero es que además ¿qué más da? De mi experiencia laboral he aprendido que liderar no es tan difícil. Lo verdaderamente complicado es mandar, y en esa faceta, como en muchas otras, Luis era un genio. Saludos.

    1. Muchas gracias por tus palabras Jaime. Me quedo con tu experiencia de que liderar no es tan difícil -eres a la primera persona que se lo oigo (leo) decir- y que lo complicado es mandar, yo pienso justo al revés.
      Saludos

  5. Querido vecino bloguero: aunque entiendo el trasfondo de tu opinión, creo que no lo has resuelto de forma acertada, con lo que discrepo en el resultado del texto final. Me explico:
    Nadie es perfecto, y los que seguimos a personas admirables lo hacemos asumiendo sus defectos. Camilo José Cela era un maleducado, pero excelente escritor; Fernán Gómez era una persona intratable, pero brillante actor y director; Gandhi en privado era pedófilo y xenófobo, pero uno de los mayores pacifistas de la historia. Son personas admirables en un ámbito concreto, aunque todos ellos tengan muertos dentro del armario. Creo que Luis Aragonés era un excelente líder: consiguió hacer crecer a sus jugadores, tanto a nivel individual como en equipo, consiguió excelentes resultados y supo transmitir a la sociedad un espíritu ganador que antes no existía. Lo demás no importa, porque nadie es perfecto, ni siquiera Luis Aragonés, esté donde esté.

    1. Vecino bloguero, yo también entiendo el trasfondo de tu comentario y de igual modo creo que no lo has resuleto de manera adecuada, con lo cual también discrepo de tu texto. Me explico, comentas que Cela, Fernan Gómez, Ghandi, a pesar de sus defectos eran grandes escritores, actores y pacifistas, respectivamente y luego me haces la cambiada para señalar que Aragonés a pesar de sus defectos era un gran líder. Hubiese firmado bajo tu escrito si hubieras señalado que era un buen entrenador (al igual que has señalado la parte técnica de tus otros modelos). Si lees de nuevo mi texto yo señalo que (copio y pego) “…Doy por sentado que fue un buen jugador de fútbol (yo no lo vi jugar, pero así me lo aseguran quienes sí lo vieron) y un buen entrenador (para mí, el mero hecho de llegar a la élite de algo y permanecer en ella ya te hace ser bueno en ese algo), para mí sobrevalorado (animo a quien quiera a que repase su palmarés), pero un buen entrenador…”
      Yo en este post soy crítico con que su manera de liderar sea un modelo en pleno 2014 (a lo mejor en 1980 sí, pero no lo sé), de la parte técnica de su profesión prefiero no comentar nada.
      Habrá que hacer un encuentro de blogueros para comentar a fondo éste y otros temas, jeje.
      Muchas gracias por tu comentario Emilio. Un saludo

  6. Buenisimo artículo cargado de razón. Maquiavelo justificaba cualquier recurso siempre que se alcanzaran los fines. A mi me pareció que el señor Aragonés apostaba por la misma filosofía y es una manera de proceder que me desagrada. Con un añadido, que no fue precisamente un entrenador muy éxitoso, más allá de la Eurocopa con la selección.
    Enhorabuena por un artículo tan atrevido, impopular y acerrtado.

    1. Gracias por tus palabras Julio César, no pretendía ser ni atrevido ni impopular, sólo dar mi opinión sobre el tema. Por cierto, a mí también me desagrada el hecho de que el fin justifique los medios. Saludos

  7. A mí ni me gusta ni me interesa el fútbol. Al personaje del post lo conocía por supuesto, y creo que como mucha gente a la que no nos gusta el fútbol no me resultaba simpático. Pero de tu post Félix me gustaría resaltar algo que ya está puesto en negritas y es que los personajes públicos han de ser un modelo de comportamiento continuo y como también dices no sólo para los líderes de otros sectores si no sobre todo para los niños y este señor no lo era.
    Muchas gracias por tu blog lo sigo y me gusta y ayuda mucho.

    1. Muchas gracias por tus palabras Lucía, es una fuente de motivación muy grande saber que lo que haces gusta y aún que, de algún modo, ayudas a los demás.
      Un saludo

  8. El fútbol, en la realidad, no siempre es lo que creemos, va más allá de lo que los medios de comunicación muestran sobre esa “realidad” Absolutamente cambiante. No conocí mucho de Aragonés, me preocupaba más por jugar y cumplir un sueño, que durante este corto recorrido, pero enriquecedor, conocí la doble cara de esa realidad y considero que hice parte de una generación donde entrenadores como este influyeron en mi vida y creo que el -análisis- de este articules muy acertado en tanto se define líder. Sin duda muchos de los anteriores comentarios tienen un un punto de vista valido; dentro de mis criterio, experiencia y conocimiento de este entorno, creo que Luis, teniendo en cuenta los vídeos que publicaron por la web, su comentarios motivadores pueden ser instigadores, puede ser un refuerzo punitivo que en ningún momento deja ver PERSE la definición de Liderazgo o Líder. Muchos afirman que fue asertivo en el momento de referirse a los jugadores, pero más bien dejan pasar que el contexto en el que el fútbol, a nivel mundial en ese entonces, era más pasión u obsesión, era más agresivo, diferente a lo que hoy por hoy vemos, que es un modelo totalmente diferente, Guardiola, los del fútbol Ingles. Un líder en palabras del argot popular es quien dirige, guía, orienta a un grupo de manera correcta.
    ¿era correcta la forma de Luis de ser un líder? No, que sabia para donde iba es verdad, pero ¿pasar por encima de los demás estaba bien? No se, dentro de los valores que queremos para la sociedad no y si recordamos, el fútbol es un entorno social que puede ser ejemplo de convivencia o de violencia.

    1. Gracias por tu comentario David, como bien dices el fútbol se ha convertido, en esta sociedad, en un referente de comportamientos y sus líderes han de darse cuenta que ya no sólo lo son de las 22 personas de sus plantillas, si no que su influencia, en un sentido u otro, va mucho más allá (y no digo que esté bien, si no que, a día de hoy, es así).
      Un abrazo

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